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Este mes de octubre el Casal Lambda -antiguamente Instituto Lambda- cumple 40 años. Tres presidentes de la entidad, Armand de Fluvià, Jordi Samsó y Emilio Ruiz nos cuentan cómo vivieron la experiencia.
Reflexiones cocidas a fuego lento después de los hechos de Orlando
El mes de Junio tiene mucho peso simbólico para las personas LGTB. Hace tiempo que se instauró como el mes para salir a las calles y luchar por nosotros y nosotras. Este año, a este mes de junio se le ha añadido otra fecha que nos debe hacer reflexionar, luchar y salir a la calle por igual: el 12 de Junio. Ya ha pasado tiempo, lo suficiente para que pasara gran parte de la atención mediática. Lo suficiente para poder pararnos a pensar y ver qué podemos aprender de lo ocurrido en Orlando.
A pesar del sufrimiento de los primeros días por recibir una lluvia bestial de islamofobia por parte de personas cercanas, quedé gratamente sorprendido de la reacción de mi entorno, debe ser que con las experiencias pasadas (París, Bruselas …) ya tengo las redes sociales netas de alocados.
Quien no falló fueron los medios que rápidamente olvidaron quien había muerto y se fijaron en quien los había asesinado. La homofobia desapareció de sus discursos para ser sustituida por otras palabras, siempre haciendo referencia a la religión de Omar Mateen. Aún así mi timeline estaba lleno de gente LGTBQIA+ de todas partes recordando que lo que había matado a todas aquellas personas no era una religión, sino la LGTBfobia. Por desgracia la mayoría de ellas olvidaban que el racismo también jugó un papel clave aquella noche, dado que casi todas las muertas eran latinoamericanas.
Quizás Orlando es el detonante que necesitamos para terminar de abrir los ojos y que las personas que trabajamos por la diversidad de orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género nos posicionamos claramente como antirracistas, en contra de la islamofobia y de la islamofobia de género en particular. Las razones que os propongo son las siguientes:
Pienso que es importante pararse a pensar que los medios han olvidado tan rápidamente de la clarísima homofobia y el racismo que hay tras los hechos de Orlando. Y porque nosotros y nosotras hemos pasado por alto el factor racial. Es importante recordar que unas semanas antes había habido un ataque muy similar a otra discoteca gay en México. No oímos nada de esta porque quien llevó a cabo la matanza no fue reconocido como musulmán. No oímos nada de esta para que nuestras muertes no eran la parte importante, no lo son, sólo lo era quien nos había matado. Porque siempre hay unas muertes que valen más que otras y no nos equivocamos: nosotras acostumbramos a estar en el lado menos valioso.
La respuesta internacional a la matanza de Orlando responde a un proceso de criminalización del islam. Un proceso al que no le interesan las declaraciones de la gente cercana a Omar Mateen que lo describen como homófobo, machista, y como poco religioso. Un proceso al que tampoco le ha interesado pensar en esa gente que afirma que Omar en realidad era homosexual, o que frecuentaba el club que atacó y que el ataque de Orlando fue en gran parte una represalia causada por una fuerte homofobia interna. A este proceso tampoco le interesa reflexionar que parte de esta homofobia se genera porque ellos están ayudando a seguir vendiendo el Islam y la homosexualidad como categorías opuestas.
A los intereses (por ambos lados) que hay detrás de todo lo que está pasando no les interesa la existencia del Islam queer, no reconocerán nunca el feminismo islámico, ni las lecturas poscoloniales del Islam. Ambos polos, tanto el de las personas musulmanas más integristas como aquellas que quieren situar el Islam como enemigo, les interesa promover una visión cerrada y excluyente del Islam.
Aquellas que luchamos para poder existir desde la diferencia debemos unirnos para detener la violencia. Debemos unirnos para mostrar que eso que dicen no es cierto, que existen personas muy diversas: musulmanas y homosexuales, feministas que llevan hijab (el velo), musulmanas que no llevan, mujeres trans que llevan hijab e incluso niqab (el velo que cubre la cara), y personas musulmanas heterosexuales y cisgénero que nos apoyan sin rodeos y acogen la diversidad al igual que otras personas heterosexuales y cisgénero que no sean musulmanas.
Debemos unirnos porque nos están utilizando los unos contra los otros. Porque es desde dentro de las religiones que podremos combatir el machismo y la homofobia que encontramos, que se corresponden al machismo y la homofobia de las sociedades en las que vivimos. Debemos unirnos porque hace tiempo que disfrazan de feminismo el odio hacia las mujeres musulmanas, porque instrumentalizan las luchas y políticas LGBT para promover el racismo, para polarizarnos y aislarnos tanto como puedan, para continuar olvidando y negando todas aquellas personas racializadas y lgtb. Para continuar asesinándonos.
Pero sobre todo debemos unirnos porque en el fondo nuestras luchas son la misma. Luchamos para poder ser, para poder existir como queramos, por el derecho al propio cuerpo y por el derecho a la propia imagen. Luchamos por el derecho a poder ser diferentes.
Pol Galofre Molero (Barcelona, 1987) es técnico de sonido y cineasta especializado en cine documental y activista trans. Es uno de los coordinadores del proyecto Cultura Trans y dinamizadores del Espacio Trans. Junto con Miguel Missé ha editado el libro Políticas Trans – Una antología de textos desde los estudios trans Norteamericanos (EGALES, 2016). Realizó con Brigitte Vasallo el proyecto TransRaval en el marco de la exposición Translocaciones del Centro de Artes Santa Mónica y Idensitat, y con Bel Olid realizaron el proyecto Ésser Lliure por el festival Ingràvid. También ha dirigido el corto documental Feines per gent valenta, para el Ayuntamiento de Barcelona. Es docente en el Master Género y Comunicación de la UAB y colabora estrechamente con La Bonne, Centro de Cultura de Mujeres Francesca Bonnemaison. |
Carme Pollina y Thais Morales nos explican las rutas sobre memoria histórica LGTBI en Barcelona y recorriendo las callejuelas del Raval (antiguamente barrio “Xinu”) nos evocan, durante dos horas, momentos clave que explican nuestro pasado y sobre todo la represión que han sufrido lesbianas, gais, personas transexuales y bisexuales durante el siglo XX.
La asociación de Familias LGTB ha celebrado el 15 aniversario en el Palau Robert de Barcelona. Con la presencia del consejero de sanidad, la directora General de Igualdad de la Generalitat y la concejala de políticas LGTBI del Ayuntamiento de Barcelona, la asociación de familias ha conmemorado los quince años de la primera reunión en la Casa Elizalde de Barcelona.
Rebeca es voluntaria desde hace un año y medio, del grupo de mayores del Casal Lambda, Grupo de Otoño. Su papel es el de dinamizadora con un colectivo activo y proactivo que viene, en parte, de la militancia de la lucha antifranquista y, también, de las actividades diferentes de muchos años en el Casal. Un grupo de personas que han ido pasando de la juventud y la edad adulta a hacerse mayores, y que tienen necesidades e inquietudes diferentes y diversas.
Su experiencia viene desde las prácticas durante los estudios y su dedicación profesional a las personas mayores, lo que le ayuda a detectar las necesidades del grupo y de las personas que lo componen.
El papel del voluntariado en el grupo es de formar parte y atender las demandas, siempre en coordinación con la entidad y desde el compromiso con el colectivo.
El voluntariado con personas mayores LGTB es un intercambio de experiencias y, en el caso del grupo de Otoño, una inacabable fuente de inquietudes, vivencias diversas y actividades que se desarrollan dentro del grupo pero que, también, se materializan en espacios más informales.
El 28 de junio de 1977 se llevaba a cabo la primera manifestación del orgullo. Era una nueva, pequeña pero importante organización que lo impulsaba: El Frente de Liberación Gay de Catalunya, una organización nacida en 1975.
Han pasado ya 40 años desde entonces y el FAGC sigue siendo una entidad de referencia que ha vivido, y liderado, la lucha del movimiento LGTB. El FAGC ha pasado de reclamar la derogación de la Ley de Peligrosidad Social a celebrar la ley para garantizar los derechos del colectivo LGTB y contra la LGTBfobia.
Así en su cumpleaños, el FAGC ha querido celebrar todo lo conseguido y recordar la lucha, toda la red construida y que aún queda mucho por hacer, y lo hizo el pasado 23 de octubre en una jornada en el marco del Palau Robert.
Los avances legislativos han sido reclamados por el movimiento. Las denuncias de la LGTBIfobia han encontrado en el FAGC el liderazgo necesario, basta recordar lemas que han hecho historia: “Ama como quieras” “Rompamos la norma” o “Tu miedo es su fuerza”. La historia de la lucha y la reivindicación es larga.
Armand de Fluvià, que estuvo presente en el acto, o Jordi Petit son militantes históricos que visibilizaron desde el FAGC la necesidad de acabar con las discriminaciones que incluso sufrieron en propia piel, algunas hoy poco imaginables.
La historia pasa también, porque los armarios también se pudieran abrir más allá de Barcelona y se crearon grupos locales como el FAGC-Girona.
El reconocimiento institucional se hizo por parte del Ayuntamiento de Barcelona y el de Ripollet, que previamente habían hecho recepciones oficiales, y en la Generalitat de Catalunya.
Una mesa redonda analizó también los retos de futuro, con diferentes representantes del movimiento LGTBI, aunque al inicio ya el FAGC apuntaba cuáles son los logros pendientes, por los cuales no quieren ni pueden esperar 40 años más.
En 1975 nacía el FAGC, Frente de liberación Gay de Catalunya, un grupo de activistas gais que juntaron los esfuerzos de los diferentes grupos y experiencias previas de lucha durante el franquismo (sobre todo del Movimiento Español de Liberación Homosexual), para poner en marcha un proyecto visibilizador, reivindicativo y por los derechos del colectivo.
Ahora, 40 años después, el FAGC sigue siendo un referente imprescindible en la lucha por los derechos del colectivo LGTB. Cierto es que hemos avanzado mucho: hemos pasado de ser personas perseguidas por la Ley de Vagos y Maleantes a tener una ley de los derechos LGTB y contra la LGTBfobia. Hemos pasado del armario, la persiana y la invisibilidad en una lucha por la visibilidad y los derechos.
Fue el FAGC quien organizó, en 1977, la primera manifestación del Orgullo y quien puso en marcha campañas históricas que todavía son validas: “Ama como quieras” “Tu miedo es su fuerza”, lemas históricos que han marcado el Movimento.
Por muchos años, sin desfallecer!
ENTREVISTA AL FAGC (2012)
5 de octubre de 2015
Hace 2 años vivimos sin ti. Sin una persona normal y activa. Una persona implicada con el colectivo y un empresario que acogía la gente.
Hace 2 años que esperamos respuestas, respuestas que no llegan.
Hace 2 años que no queremos renunciar a ti, que no queremos renunciar a tu memoria, que no queremos renunciar a las respuestas. Hace 2 años que luchamos, seguimos la lucha colectiva de la que tú te has convertido, sin quererlo, en un símbolo, aunque muchos y muchas no te conocieran.
Hace 2 años la calle Aurora del Raval de Barcelona vió, y vivió, tu muerte. Una muerte injusta, inesperada, casual (?) e injusta. Una muerte que quiere respuestas, que quiere justicia, que quiere romper la brutalidad y la impunidad.
2 años sin Juan Andrés. 2 Años sin Justicia
El 28 de Junio de este año ha estado lleno de actividades diversas y reivindicativas. Desde las actividades previas, pasando por el Pride y la manifestación de la Comisión Unitaria.
“Mi cuerpo un campo de batalla” fue el lema que la Comisión Unitaria 28 de junio eligió para reivindicar el despliegue de la ley de los derechos LGTB y contra la LGTBfobia, la libertad para amar y la diversidad dentro del colectivo.
El Pride en su 5ª edición, con el lema “Stop Bullying LGTB. Ni en la escuela ni en ninguna parte” como reivindicación principal quiso visibilizar este espacio concreto de agresiones y discriminación, denunciando la vulnerabilidad y la necesidad de actuación por parte de las instituciones.
Una noticia de ámbito internacional, la aprobación del matrimonio igualitario en EEUU aportó alegría a las reivindicaciones, dado que los actos fuera de la capital del país fueron, este año, muchos y bastante concurridos.
Aunque las actividades en torno al día internacional por la liberación LGTB aún no han terminado, la reivindicación de espacios de libertad, la denuncia de las agresiones y discriminaciones LGTBfobia y la celebración de los éxitos logrados han estado presentes en todas las movilizaciones