Ayer, domingo 27, la plaza Sant Jaume de Barcelona (y otras partes, como la plaza de la Verge en València) se llenaron de silencio. Un silencio de recuerdo, de respeto y de denuncia. Cinco minutos de silencio por Alan.
Alan, de 17 años, no pudo aguantar la presión social y el bullying escolar que no le dejaban ser lo que sentía. Hacía pocos días que estrenaba documento de identidad que le reconocía el género que reclamaba y por el que él y su familia luchaban. Alan, fue uno de los dos primeros menores trans que consiguieron que se reconociera el cambio, a pesar de la ley lo impidiera hasta la mayoría de edad.
Pero esto no fue suficiente, este reconocimiento anhelado no fue suficiente para acabar con el sufrimiento y la angustia que sufría por el acoso escolar. Ya había cambiado de instituto, había recibido tratamiento por depresión y, en el nuevo instituto, volvió a ser acosado, eso acabó con su resistència.
Hoy es el día de los Santos Inocentes, un día en el que se cuelgan muñecos de papel y se hacen bromas. Un día en que mucha, demasiada, gente hará bromas en torno a la orientación sexual o la identidad de género, ¿bromas? La LGTBIfòbia no es ninguna broma, porque la LGTBIfòbia mata.
Ayer en las plazas se hizo el silencio, hoy el silencio no es la mejor respuesta a la broma LGTBIfoba, hay que responder, hay que denunciarla. Ayer en las plazas éramos cientos de personas que, con una convocatoria de urgencia, denunciábamos la inacción, reclamábamos el despliegue de la ley por los derechos de las personas LGTBI y contra la LGTBIfòbia. Todas y todos somos Alan, porque queremos decidir libremente, porque queremos una sociedad donde no se nos excluya, acose ni discrimine por lo que somos y queremos ser.
Las instituciones estuvieron presentes: Dolors Gordi, secretaria de Familia de la Generalitat, Laura Pérez, concejala de ciclo de vida, Feminismos y LGTBI del ayuntamiento de Barcelona, concejalas y concejales como Montse Benedí, Raimon Blasi o Fran Sánchez. Unas instituciones uqe urge tomen decisiones y actúen contra la heteronormatividad y la LGTBIfòbia, un clamor ayer, a pesar del silencio. Nunca más hacia muerte, nunca más silencio.
La muerte de Alan fue inducida por la violencia, es un asesinato social. La LGTBIfòbia mata. La transfobia mata.