Vivir en el armario siempre ha sido una posibilidad para muchas personas del colectivo. Algunas veces, también ha sido una necesidad, durante el franquismo o en Rusia donde leyes y lgtbfobia van en la misma dirección es una manera de sobrevivir. Sin embargo, vivir en el armario provoca infelicidad, invisibilidad y lgtbfobia interiorizada.
Si muchos y muchas de nosotras no hubiéramos tenido referentes claros que nos hacían ver que no éramos personas anormales ni monstruos, posiblemente aún lo pensaríamos. Muchas mujeres y hombres LGTB han sufrido la lgtbfobia social que no les permitía vivir en el cuerpo que realmente eran, amar a quien realmente querían y han vivido en el armario. Algunos y algunas, los que han interiorizado la lgtbfobia, también la han ejercido contra la gente que era como ellos, que era como ellas y eso ha provocado reacciones.
Durante años el movimiento LGTB de los países anglosajones impulsó el outing como medida de presión para aquellas personas públicas que siendo lesbianas, gays o bisexuales lo escondían, impulsaban leyes discriminatorias o, simplemente, no luchaban contra ellas. Esta práctica fue discutida, pero también dio sus frutos. Muchas personas decidieron salir del armario y dar la cara por el colectivo.
Aunque han avanzado las leyes, el reconocimiento de algunos derechos sigue vetado y en muchos países, ahora ya 76, del mundo las personas LGTB son perseguidas, encarceladas o asesinadas, demasiado a menudo con leyes LGTBfobas. En Rusia, han retirado un monumento hecho en honor del fundador de Apple y esto no habría pasado si Tim Cook, directivo de la compañía, no hubiera salido de su armario y hubiera dicho abiertamente que era gay. Para él, muy posiblemente, es más fácil que para las personas LGTB de Rusia, pero su referente es importante para la vida de muchas personas, por la resistencia psíquica, por la supervivencia.
Vivir en el armario hace daño, pero si puedes salir sin problemas aún más que cuando te obligan, porque tu invisibilidad es la fuerza de los verdugos de muchos y muchas.