Recortando el derecho a tener una vida plena
Los recortes sociales y de libertades que se están produciendo en el Estado español son de los más duros de todo Europa y tendrán duras consecuencias en toda una generación. Con todo, si bien todos tenemos claro que los recortes en sanidad y educación nos afectan directamente, parece que no sean tan visibles cuando estos se producen entre los derechos del colectivo LGTB. Cómo que podemos casarnos, y el PP no se ha atrevido a retirar la ley, parecería que el Gobierno español no estuviera, también, recortando derechos de nuestro colectivo.
Recientemente la Coordinadora LGTB de Catalunya ha aprobado su autodisolución y el movimiento LGTB pierde uno de sus referentes históricos. Las personas LGTB pierden una de sus redes de relación y apoyo y están, como colectivo, algo más desestructurados, con las implicaciones que esto tiene por la defensa de nuestros derechos. ¿El motivo de la autodisolución? El práctico desmantelamiento del Plan Nacional contra el SIDA del Gobierno español ha dejado sin fondo uno de los servicios más importantes de la Coordinadora: el 900 ROSA. Un servicio de atención y asesoramiento para personas LGTB y también en temas de prevención del VIH y atención a seropositivos, pionero en el Estado español y que ha servido de apoyo a miles de personas en todo el territorio español. Nuestro colectivo sufre una discriminación que nos invisibiliza, nos hace no tener referentes y padecer la soledad por encima de la media social. Este servicio era un referente imprescindible y necesario. Una vida plena consiste en esto, en poder desarrollar tu vida con referentes y apoyos, y sin miedos. Muchas personas LGTB lo pasarán peor sin el 900 ROSA.
Las palabras de la ministra de Sanidad española, Ana Mato, “la falta de varón no es un problema médico”, se han convertido, desgraciadamente, en proyecto de ley. La iniciativa excluye de la sanidad pública los tratamientos de reproducción asistida para lesbianas emparejades y las mujeres solas (sean heterosexuales, bisexuales o lesbianas). Olvidémonos, por un momento, de si son de derechas e izquierdas o del origen franquista del PP. El problema no es este: va mucho más allá. Lo que está ocurriendo es mucho más grave. Con este de soberbia heterocentrista y el desprecio más absoluto a la diversidad, Mato está negando el derecho a las lesbianas con pareja y a las mujeres solas (heterosexuales, lesbianas o bisexuales) a desarrollar una vida llena si quieren ser madres.
Desde el gobierno español nos están recortando el derecho a vivir, el derecho a tener proyectos vitales, el derecho a ser diferentes. Están, incluso, vaciando los únicos derechos que nos mantienen. El matrimonio igualitario permite casarse y tener hijos, pero las lesbianas lo tendrán más complicado para ser madres.
Sí, sí, nos podemos casar. ¡Lo recordamos! Y poder casarse tiene un valor simbólico y normalizador importante pero no es la garantía de nuestros derechos como colectivo, de nuestro derecho a ser libres y desarrollar nuestro proyecto personal de forma plena. La lástima es que un avance como el matrimonio igualitario esté sirviendo de coartada al PP para poder decir que no son hostiles a nuestro colectivo y para esconder que recortan nuestros derechos.