La importancia del lenguaje
La frase anglosajona “tha’t so gay (es tan gay)” que vendría a equivaler en su versión española “ésto es una mariconada”, utilizada sobre todo por jóvenes para calificar algo estúpido o indeseable, puede tener consecuencias negativas para estudiantes homosexuales, lesbianas o bisexuales, aseguró un estudio de la Universidad de Michigan (UM).
El análisis, que publicó la revista Journal of American College Health, indicó que la frase es parte del vocabulario de los estudiantes en todos los niveles de instituciones educativas, incluyendo universidades y es considerada por quienes la utilizan como inofensiva.
Sin embargo, “aunque sutil”, ese lenguaje es hostil y puede ser perjudicial para las minorías sexuales. Debido a la naturaleza del estigma, la frase puede elevar la percepción de exclusión en ellos, escribió Michael Woodford, profesor de la UM y principal autor del estudio.
A través de una encuesta por internet, un grupo de investigadores examinó el impacto de la frase “eso es tan gay” entre 114 estudiantes homosexuales, lesbianas y bisexuales (LGTB), en edades de 18 a 25 años.
Los resultados de la investigación confirmaron que los estudiantes universitarios que habían escuchado la frase “eso es tan gay” eran más propensos a sentirse aislados y sufrir síntomas negativos de salud, como dolores de cabeza, falta de apetito o problemas de alimentación.
Los estudiantes informaron la frecuencia con la que habían escuchado la frase en la escuela en los últimos 12 meses, además de responder preguntas sobre su aceptación social percibida en el campus, el bienestar físico, salud mental y la voluntad de revelar su orientación sexual.
El aumento del riesgo de problemas de salud física de esos estudiantes se relacionó con una reacción de estrés que puede ocurrir cuando escuchan la frase, la cual “da a entender que hay algo malo con ser gay” y al oír ese tipo de mensajes sobre uno mismo puede causar estrés y manifestarse en dolores de cabeza y otros problemas de salud”, precisó Woodford.
Los investigadores aseguran que aún cuando existe una gran cantidad de atención para abordar el acoso LGTB en los campus universitarios, también se requiere eliminar este bajo nivel de hostilidad.