Mitos II. Las lesbianas no follan y acaban siendo como hermanas

Seguimos con los mitos. Si en la anterior entrega hablábamos del plus de neuroticismo que se nos atribuye, hoy los haremos sobre cuestiones de sexo. Me resulta curioso cómo, cuando hablo con profesionales de la sexología mainstream, a veces me encuentro con comentarios estereotipados y acríticos sobre cuestiones de sexualidad lésbica. Hay dos mitos que me llaman especialmente la atención. El primero es que las parejas de lesbianas llega un momento que no tienen sexo. Se ha hablado tanto del apagón lésbico (lesbian bed death) que incluso nosotras hemos llegado a pensar que era verdad. Como si solo pasara en parejas bolleras y como si no fuera adaptativo y funcional ir cambiando con el tiempo tanto el ritmo como la dinámica de los encuentros sexuales. Y quizás hemos de definir que entendemos y que no entendemos por ‘hacer sexo': una doble penetración?, un rapidillo?, un 68 (tú me lo comes y te debo una)?. Parece que los parámetros por los que se guían sobre que es follar se basan en el sexo hetero y la excitación se mide en grados de inclinación de la erección. En esto me remito a un post del pikara donde hablan de las diferentes maneras que tenemos de explicar lo que hacemos cuando hacemos sexo. Y añado mi experiencia con un montón de parejas de todo tipo de larga evolución, donde, con el tiempo, la actividad sexual es diferente y esto se vive como una dinámica no traumática, estigmatizadora o generalizable.

El segundo mito es que las parejas de lesbianas acaban haciendo fenómenos de simbiosis y se acaban pareciendo tanto entre ellas que matan el deseo porque acaban siendo como hermanas. Cómo si una no deseara a quien se le parece, o incluso, como si una no pudiera deseas a su hermana, ya puestas! Qué pasa? que no te puede gustar quien lleve la misma camisa de cuadros que tú? Es curioso, porque a veces ves parejas de osos gais que son clavaditos o parejas heteros góticas que van vestidas exactamente igual y nadie duda de que carden tan ricamenti.

La sexualidad lesbiana está llena de mitos, des del mundo hetero y, que me perdonen si les sabe mal, desde el mundo gay. Debe ser porque como se ha negado tanto la sexualidad femenina en general y la lésbica en particular, se han llenado los vacíos con prejuicios y así vemos mitos de sexualidad ‘vainilla’, de soserío y aburrimiento sexual, de dependencias perversas, de porno lésbico casposo en cárceles de mujeres y conventos de clausura. En este sentido, afortunadamente, cada vez la visibilidad del sexo lésbico con visiones y parámetros propios está más presente y hay iniciativas para cambiar el imaginario y hacer porno bollo chulo (ya que estemos os paso el link para la muestra marrana que se hará este febrero).

(la próxima entrega: Mitos (y III): las lesbianas tenemos mala leche)

Júlia Ojuel Solsona ha formado parte del Grupo de lesbianas feministas de Barcelona, de la Comisión por el derecho al aborto y del grupo Mujer y Salud en Movimiento Feminista. Es doctora en Medicina y trabaja como médica de familia en la sanidad pública catalana. Tiene una hija de 9 años y una madre de 86. Forma parte de la Red de mujeres médicas y profesionales de la salud.